tenía pensado escribir aquí una ocurrencia, de esas que nacen en los grandes almacenes, caminando entre aparadores o al momento de pagar en caja. tenía pensado postear un banal deseo:
hoy, por un momento, me dieron ganas de ser comerciante.
de esos que abren de lunes a domingo, de 9 am a 9 pm. y que les molesta ser amables aunque les reditúe un peso; de esos que explotan a sus empleados y terminan por hacer trabajar en el "negocio de la familia" a sus hijos (a los que ya no quieren, claro) para que éstos puedan ir a las fiestas de fin de semana a beber unos tragos y presumir (sic) que llevan la vida que se quieren dar.
endeudarme con tarjetas de crédito de bancos internacionales, y ver los tele-noticieros nocturnos para exclamar: "¡pero qué barbaridad!, ¡qué caro es todo!, ¡pero qué barbaridad!"...
